viernes, 17 de mayo de 2013





Cuando por fin crees, caes. Cuando al fin confías, te fallan, te hieren. Cuando quieres aferrarte a algo, a alguien...se va. Muy lejos de ti. 
Te cuesta abrir los ojos. No quieres verlo, no quieres darte cuenta de que, de nuevo, otra vez, te han dejado sola. 
Nadie te avisó, nadie te había advertido de que la vida estaba llena de improvistos.
De idas y venidas.
De subidas y bajadas.
Pero poco a poco aprendes. Y, poco a poco, aceptas y cedes antes la opción de que, no todo, sea tan perfecto, tan ideal.
La perfección es efímera. Lo ideal es irreal. Y, las verdades... duelen.
Es así como te juras y te prometes que no dejaras ir, volando, más pétalos al viento. No malgastarás más instantes en cosas, acciones, personas superfluas.
Y, tendrás claro que, a pesar de ser primavera, siempre estarás al tanto, de cualquier camino de lágrimas. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario