miércoles, 20 de febrero de 2013

Uno de estos días .



Uno de estos días, cambiaré. Dejaré de pensar demasiado en 
todo, de preocuparme demasiado por todo. Uno de estos días, seré feliz. Seré más segura y más perpetua. Menos indecisa, pero no menos sincera. Sinceridad ante todo, aunque duela. Uno de estos días, podré sentirme capaz de tirar adelante. Y hacer que Viva La Vida (MI VIDA) dejando, simplemente, ir una fugaz sonrisa. Uno de estos días, aprenderé a no dejarme llevar, a desconfiar todavía más. Mucho, muchísimo más. Y será en uno de estos días, en el que acepte, al fin, que sí hay ilusiones rotas. Falsas esperanzas. Promesas olvidadas. Y entonces, cuando ese día llegue. Será mi día. Pero hasta entonces..., déjame que me ponga un candado, pero esta vez, para sellar mis labios. Déjame que piense un rato en lo que pudo ser y no fue. Déjame que me arrepienta una y otra vez de haber perdido el tiempo. Déjame que haga con tus palabras un avión de papel y que allá en el río, cuando se moje, mis recuerdos se ahoguen, desaparezcan. Pero yo no espero, ni sigo, ni persigo, ni atrapo. Aunque, uno de estos días... será el día, en que el tiempo se haga cargo de todo y mis labios digan que ya es demasiado tarde.



jueves, 14 de febrero de 2013




Y tu corazón bailará, entre virutas de fuego.




Crees que más allá del circo, no hay nada. Pero te equivocas. Lo que pasa es que no puedes verlo. La vida, es el mayor espectáculo. Y el espectáculo..., debe seguir.



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sábado, 9 de febrero de 2013





Dijeron que para "lograr",
solo hacía falta "creer".
Y yo creí.
Y lo logré.
Hice todo lo que indicaba aquella lista.
Entonces obtuve lo deseado.
Pero justo, cuando fui a coger mi merecida recompensa,
se fue..,
 volando.




Las amapolas, de Monet .



:)


Dejó de existir el tiempo que, conmovido, se paró de pronto. Con un golpe seco y firme. Y entonces, tan solo había un pintor frente a su lienzo. Y una paleta llena de colores, un cielo azul añil a lo lejos y un campo de amapolas que se cernía más allá del horizonte. El pintor empuñó su pincel y con una especie de vaivén, comenzó a hacerlo bailar sobre el fondo blanco. Sobre él, los colores brotaban. Mezclándose, creando..., impresionando. Una especie de magia se entrelazaba entre los tonos del color de la sangre. Y es que tras aquella obra de arte, que nacía paulatinamente, se escondía uno de los mayores secretos. El de como hacer un instante... eterno.




jueves, 7 de febrero de 2013

Y ya no quedó nada más.






Y ya no quedó nada más. Los témpanos de hielo se fundieron. Y con ellos el lago, la escarcha en el alféizar y los picos de las montañas. La nieve se fue también, dejando el jardín completamente despojado, desnudo. Y al nacer el día, ya no persistía el rocío, helado y eterno, dejándose acariciar por los tempranos rayos que se extendían en el horizonte malva. Se podía ver, en los páramos que bordeaban la casa, como el invierno se despedía, sin más. Y con él el frío, y la escusa tonta y simple de necesitar un abrazo. Y ya no quedó nada. Nada más.