Ya nadie sabe que es lo que está bien o lo que está mal. Cada una elije... y elije que es aquello que quiere. Sin importarle los límites, sin pensar en las consecuencias, sin distinguir entre el bien y el mal. Pero al fin y al cabo... nos atrae lo opuesto. Nos llama lo diferente, lo atrevido, aquello que destaca entre una enorme multitud. Y no podemos evitar sonreír cuando sentimos que algo nos gusta. Algo que nos hace sentir rebeldes, que nos incita a hacer locuras... y es que, a las chicas buenas: nos van los chicos malos. (?)