Y ahí está. Cuando menos te lo esperas, aparece. Dispuesto a hacerte suya, preparado para enamorarte. Tan solo espera, ansioso, a que te dejes llevar. A que, el vaivén de tus pasos te guíe hasta caer entre sus brazos.
Al principio lo rechazarás. Y es que parece tan perfecto... quizá demasiado. Ésto te asusta. Te hace pensar una y otra vez en si dice la verdad. Entonces, te coge la mano, te mira a los ojos y tú... te echas atrás.
Pero finalmente y sin poder evitarlo... caes. Hay algo, dentro de ti, que te dice que es indicado. Que si no es contigo, no puede estar con nadie más. Y solamente es él quién puede hacerte feliz. Solamente es él con quién quieres estar. Entonces te mira, le miras y suspiras. Vuestras manos se unen y ya no se separan. Porque no piensa dejarte ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario