Quizás, la revolución haya empezado. Quizás, la rebelión ya ha estallado. Quizás, es nuestro momento. El que tanto esperábamos, el que debe salvarnos de todo, el que puede dejarnos sin nada. Pero se trata de arriesgar. Y tú y yo, dos rebeldes alocados, lo hemos dado todo. Todo lo dimos para que nos escucharan, para que nuestras voces se unieran en un exasperado y único grito que, lleno de rabia, hiciera temblar el mundo. Pero a pesar de todo, de tanto empeño, de tanto esfuerzo... el mundo no tembló. Pero sí temblamos nosotros. Y es que, aunque el cielo arda, el universo estalle, las revoluciones se acaben... aunque tiritemos de miedo, pienso estar ahí, contigo, para hacer que todos tiemblen bajo la arma más poderosa de todas. Porqué lo que yo siento, puede con todo... créeme.