domingo, 20 de enero de 2013






Te vi, allá a lo lejos. Hubo algo en ti que te tornó único.
Algo que hizo que destacaras entre aquel enorme gentío.
Pude observar como, risueño, poseías esa esencia que solamente pocas personas contienen en su alma. Esa esencia que hizo que me atraparas, al instante. Tenías algo realmente distintivo al resto, algo efímero y mágico que, inevitablemente yo quería poseer, haciéndote mío. 
Me sonreíste.
Te diste cuenta de que me acababa de enamorar
de ti.

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